Tras el encuentro de la JMJ en Madrid, la Delegación de Juventud de la Diócesis de Jaén nos propuso organizar una peregrinación de “jóvenes” a Tierra Santa para el próximo mes de agosto de 2012.
Me explicaron el proyecto y me enamoré de él. Estaba convencido, si la JMJ y la peregrinación andaluza al Camino de Santiago fueron un éxito, se podría hacer un gran bien si repitiéramos esa experiencia en el entorno donde comenzó todo, Tierra Santa. Pensé en mis hijos, en la necesidad que tenemos en los momentos difíciles de agarrarnos a valores que perduren y nos mantengan ya sean éticos o religiosos. Y nos lanzamos ataque.
Conseguir un buen precio para volar a Tierra Santa o cualquier otro destino en agosto es realmente complicado y una vez más contamos con la colaboración de Iberia en el proyecto. Siempre saltan las malas noticias, pero nuestra compañía de bandera cuenta con un equipo comercial excepcional.
Después nos desplazamos a Tierra Santa para conseguir la colaboración de colegios cristianos donde alojar a nuestros jóvenes peregrinos (lo harán en Nazaret y Belén). De esta forma y después de muchas tiras y aflojas conseguimos desarrollar una peregrinación a un precio asequible.
La Diócesis de Jaén lleva trabajando meses en este proyecto abierto a jóvenes de Andalucía: cursos de teología, charlas preparatorias y además nos ayudó muchísimo para configurar un programa novedoso novedoso y atractivo. Así, que, entre otras muchas actividades, bajaremos en teleférico a la Gruta Submarina de Rosh Hanikra, nos bañaremos en las azules aguas del Oasis de Ein Gedi en el Desierto de Judea y por la noche experimentaremos la vida beduina en el desierto cenando una barbacoa. Además, atravesaremos el subsuelo de Jerusalén por el tunel de Ezequías, subiremos a pié el Monte Tabor, navegaremos por la noche por el Mar de Galilea y celebraremos una “Hora Santa” entre los olivos del Huerto de Getsemaní.
Nos acompañará D. Manuel Ángel, sacerdote delegado de Juventud de la Diócesis de Jaén y aunque durmamos en una colchoneta y un saco (yo también asistiré junto con mi hijo mayor) estoy seguro que esta experiencia, marcará a los jóvenes para toda su vida. Algunos seguros retornarán para repetir la ocasión de peregrinar a la tierra de Jesús de forma más confortable y con otras edades, pero estoy convencido que no podrán evitar sentir añoranza por esta oportunidad que se les presento un agosto del año 2012.